“La venta de vehículos livianos nuevos ha venido desacelerándose en los últimos meses como resultado del enfriamiento del consumo privado, el empeoramiento de algunos indicadores del mercado laboral y -puntualmente en el último mes- el aumento del tipo de cambio, que encareció el precio de los vehículos”, así lo señaló Alberto Morisaki, gerente de Estudios Económicos y Estadísticas de la Asociación Automotriz del Perú (AAP) al comentar las recientes cifras de la Superintendencia Nacional de Registros Públicos (Sunarp).
Señaló que, analizando las cifras en detalle se puede observar que la comercialización de vehículos livianos nuevos reportó resultados mixtos en octubre pasado, ya que en dicho mes se vendieron 12,644 unidades, mostrando un descenso de -3% respecto a similar mes del 2022. Sin embargo, “al analizar los resultados de los primeros diez meses del 2023, dijo, vemos que se vendieron 140,534 unidades, lo que muestra un aumento de 5.6% frente a similar periodo del año pasado”, agregó.
En ese orden de ideas, dijo, si analizamos la información por tipo de vehículo, se observa que, en lo que va de año, se comercializaron 63,419 SUV, evidenciando un incremento de 7.3% a tasa anual. Mientras que la venta de pick up y furgonetas se situó en 27,565 unidades (+4.2%) y la de camionetas subió a 19,851 (+22.5%); solo en el caso de los automóviles se observa una cifra menor en 5.2% a tasa anual, con la comercialización de 29,699 unidades en el periodo de análisis.
En el rubro de vehículos pesados, la venta de camiones y tractocamiones se ubicó en 1,381 unidades en octubre del 2023, poniendo en evidencia un incremento de 15.2% si se compara con igual mes del año pasado; sin embargo, entre enero y octubre de este año, se comercializaron 12,560 unidades, descendiendo en 3.5% en comparación con similar lapso del 2022. En síntesis, dijo Morisaki, este subsector acumula en octubre su cuarta alza interanual, impulsado por la demanda del sector minero, el mismo que ha logrado crecer 11.1% en lo que va del año. No obstante, la desaceleración de otras actividades económicas que suelen demandar dichos vehículos, como construcción, industria manufacturera, entre otros, debido a la reducción de la inversión privada, han presionado a la baja el mercado de camiones y tractocamiones.
Del mismo modo, la venta de minibús y ómnibus avanzaron a 211 unidades en octubre pasado, aumentando en 59.8% a tasa interanual. En tanto, durante los primeros diez meses del año, se comercializaron 1,913 unidades, cifra inferior en 7.5% si se compara con similar periodo del 2022. “A pesar del resultado observado en octubre, el cual fue el segundo mes más alto en ventas del 2023, dicho segmento aun no logra recuperar el dinamismo registrado en los años previos a la pandemia”, acoto Morisaki, al tiempo de señalar que “entre los factores que vienen influenciado este resultado se encuentra la caída de la inversión privada, los efectos de los fenómenos climatológicos que perjudicaron la normal circulación de minibuses y ómnibus, principalmente en rutas interprovinciales, así como el alto grado de informalidad en el transporte urbano que afecta la sostenibilidad financiera en algunas empresas formales”.
Por último, se vendieron 25,774 vehículos menores en octubre último, cifra menor en 7.5% a nivel interanual; mientras que entre enero y octubre se comercializaron un total de 283,735 unidades, cayendo en 8.2% frente a similar periodo del 2022. De manera desagregada se observa que la comercialización de motos durante los primeros diez meses del 2023 sumó 197,692 unidades (-8.4%), en tanto que la de trimotos se ubicó en 86,043 unidades (-7.8%). “Los descensos registrados en las ventas de estos vehículos continuaron siendo explicados por el proceso de normalización de su demanda, situación que se extendería hasta el próximo año”, acotó el especialista. De igual manera, añadió, la menor demanda por servicios de delivery y entrega a domicilio también es un factor que influye en el desempeño de las ventas de motos, sumado a que el aumento del costo de vida en el año ha reducido la capacidad adquisitiva de las familias, principalmente de sectores socioeconómicos bajos, quienes suelen ser los principales compradores de los mencionados vehículos, y por debilidad de la actividad económica en general que llevaría a un aumento de la pobreza.
Se espera que en los dos últimos meses del año las ventas de vehículos nuevos continúen mostrando resultados similares a los vistos recientemente. En ese sentido, la comercialización de vehículos livianos cerraría el 2023 con resultados positivos, aunque la tasa de crecimiento iría reduciéndose paulatinamente, en línea con el debilitamiento del consumo privado y la precarización del mercado laboral. Por otro lado, la venta de vehículos pesados culminaría con una caída, afectada por el descenso de la inversión privada, a lo que se suma la incertidumbre respecto al futuro de la economía nacional y la escasa predictibilidad de la política económica. Asimismo, la venta de vehículos menores volvería a caer en este 2023, influenciado por la normalización de la demanda en dicho mercado, y a que un número importante de familias podrían pasar a situación de pobreza.