Por Alfredo De Las Casas
Gerente de Proyectos, Planeamiento y Control de Gestión
La tercera placa se ha convertido en un elemento fundamental para la seguridad y fiscalización del tránsito en el país. Aunque muchos conductores aún desconocen su verdadero impacto, esta calcomanía con tecnología RFID fue incorporada de manera obligatoria en el sistema vehicular peruano en 2010 por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). Sin embargo, su importancia ha cobrado relevancia en los últimos años, a medida que se ha implementado de manera más eficiente.
La tercera placa permite mejorar significativamente el control vehicular, ya que posibilita la identificación a distancia de los vehículos, facilitando la fiscalización y contribuyendo a un tránsito más seguro y ordenado
La tercera placa es una calcomanía holográfica de alta seguridad que se coloca en la parte central del parabrisas, a la altura del espejo retrovisor. A diferencia de las placas metálicas tradicionales, esta incorpora un chip RFID (Identificación por Radiofrecuencia), permitiendo la identificación a distancia del vehículo. Aunque su uso es obligatorio desde 2010, solo en los últimos años ha comenzado a aprovecharse de manera más efectiva en puntos de control, fiscalización y algunos peajes.
De acuerdo con la normativa vigente, todos los vehículos inscritos a partir de 2010, aquellos destinados al transporte de carga o pasajeros, así como los que han sido transferidos o modificados en su registro vehicular desde ese año, deben contar con la tercera placa. No cumplir con esta obligación es considerado una falta muy grave, sancionada con la retención del vehículo, una multa equivalente a 642 soles (12% de la UIT) y la reducción de 50 puntos en el récord del conductor. El uso de la tercera placa no solo es un requisito legal, sino una medida fundamental para garantizar la seguridad y control vehicular en el país. Su implementación ha permitido reducir la falsificación de placas y mejorar la fiscalización de manera más eficiente.
La tercera placa contribuye a la identificación de vehículos en caso de robo o fraude, ya que su chip RFID está vinculado a una base de datos única y segura. Además, la tecnología RFID permite gestionar el tránsito de manera automatizada, reduciendo la necesidad de controles manuales y optimizando los tiempos de verificación. Su integración con sistemas de ciudades inteligentes y lectores de matrículas permite mejorar la gestión del tráfico y la seguridad vial. En los últimos años, la implementación de la tercera placa ha avanzado considerablemente, con más de 3 millones de vehículos equipados con este sistema. Su uso es un paso clave hacia la modernización del control vehicular en el Perú.
Desde la AAP reafirmamos nuestro compromiso con la seguridad vial y la modernización del sistema de tránsito, promoviendo el cumplimiento de normativas que contribuyan a un transporte más eficiente, seguro, moderno y sostenible para todos los ciudadanos.
Publicado: 10/02/2025