El COVID-19 aun viene azotando el mundo y ha traído no solo pérdidas humanas y económicas, sino también cambios en ciertos patrones de comportamiento en las personas. Hoy es común ver a las personas con mascarillas en cualquier lugar público, así como la desinfección constante de manos.
Uno de los aspectos que también se modificó, como consecuencia del brote vírico, es la manera cómo se movilizan las personas. “Al inicio de la primera ola de la pandemia, muchos países dictaron medidas de aislamiento social; prohibiendo la movilización de las personas, salvo para realizar actividades estrictamente necesarias. Con el paso de los meses, esas directivas se fueron relajando, permitiendo la afluencia progresiva de personas a espacios públicos, siempre bajo estrictas medidas de bioseguridad”, refirió Alberto Morisaki, gerente de Estudios Económicos de la Asociación Automotriz del Perú (AAP).
Sin embargo, bajo esta “nueva normalidad”, un gran número de personas que usualmente se movilizaban utilizando los servicios de transporte público están utilizando otros medios, como automóviles particulares, motocicletas o micromovilidad (como bicicletas o scooters, entre otros). “Del mismo modo, un número importante de personas vienen realizando sus actividades laborales y educativas a través del modo online o virtual desde sus domicilios, por lo que sus necesidades de trasladarse de un lugar a otro se han reducido considerablemente”, añadió el ejecutivo.
Para cuantificar estos cambios de movilidad de las personas en el Perú, podemos analizar algunas variables ya existentes. Así, el portal Google calcula la movilidad de las personas hacia los lugares de mayor concurrencia. Para Morisaki, si observamos la evolución que muestra dicho portal desde inicios de la pandemia, se advierte que la movilización de las personas hacia supermercados y farmacias ha regresado a sus niveles pre-pandemia; sin embargo, a pesar de que se ve una mejora, la afluencia a parques, tiendas y ocio, lugares de trabajo y estaciones de transporte público aún se encuentran por debajo de sus niveles previos a la emergencia global producto de la pandemia, declaró.
El experto en temas económicos afirma que, de acuerdo a información proporcionada por Google sobre el cambio de movilidad de la población en el país, se muestra que las estaciones de transporte público son los lugares que se encuentran más lejos de llegar a los niveles de afluencia previos a la pandemia. Esto se confirma con la información provista por la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) y el Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (OSITRAN) acerca de los viajes realizados en los servicios prestados por el Metropolitano y la Línea 1 del Metro de Lima, o tren eléctrico.
“De acuerdo con cifras oficiales, el número promedio de viajes diarios realizados en agosto del presente año a través del servicio del Metropolitano llegó a 271,033, muy lejos de la cifra reportada en febrero del 2020 (antes de que estalle la pandemia) que fue de 572,677”, agregó Alberto Morisaki.
“Al visualizar la evolución de los viajes promedio realizados a través del Metropolitano, se observa que, si bien existe una recuperación en marcha, ésta aún se encuentra muy lejos de los niveles alcanzados antes del brote vírico. Similar comportamiento se aprecia en la evolución del número de pasajeros que utilizan los servicios de la Línea 1 del Metro de Lima. Así, según cifras disponibles a julio del 2021, el tren eléctrico movilizó -en promedio- 239,508 pasajeros al día, 54.74% menos de lo registrado en febrero del 2020, cuando se contabilizaron 529,173 pasajeros movilizados al día”, indicó el economista.
Finalmente, para el gerente de Estudios Económicos de la AAP, las cifras revisadas ponen en evidencia que el grado de movilización de las personas se ha recuperado gradualmente, sin embargo, la “nueva normalidad” ha traído modificaciones en este aspecto. “Por ejemplo, el trabajo remoto y las clases virtuales han influido en la reducción de la demanda por servicios de transporte público, que se refleja en la disminución del número de viajes y pasajeros de los servicios ofrecidos tanto por el Metropolitano, como por el tren eléctrico. A ello se ha sumado la migración hacia otros medios de transporte, como vehículos particulares, motos, bicicletas, scooters, etc. Ahora, se espera que en la medida que se normalice la afluencia a los lugares de trabajo y a los centros educativos, la demanda por servicios de transporte público se incremente en los siguientes meses” concluyó Morisaki.